El Kéfir, es un producto fermentado a partir de los gránulos que
reciben ese mismo nombre (Kéfir), son una mezcla simbiótica de hongos (levaduras),
bacterias benéficas (probióticos), lípidos y proteínas, relacionados por una
matriz que los une.
Sus gránulos se asemejan en aspecto,
bastante a la apariencia de las flores del coliflor, sin embargo son más
pequeños, mas blandos y mas gelatinosos.
Existen dos tipos de Kéfir, el de Leche
y el de Agua.
Si bien existe esta distinción en su nombre, y algunas diferencias entre ellos, su ecosistema microbiano (o microflora) es el mismo, simplemente cambia el medio en el que se desarrollan
Si bien existe esta distinción en su nombre, y algunas diferencias entre ellos, su ecosistema microbiano (o microflora) es el mismo, simplemente cambia el medio en el que se desarrollan
Es importante no confundirlo con la Kombucha, muchas veces llamado Kefir de Té
Kéfir de Leche:
También es conocido como Yogur
Búlgaro, Leche Kefirada, Yogur de Pajaritos (en Chile) o Yocas (en Uruguay).
Es el más extendido a lo largo del
mundo y del tiempo. Su sabor y textura es similar a la de un yogurt bebible.
Aunque debido a lo variable que puede ser la producción del Kéfir, a nivel
comercial es más rentable y menos complicado de producir el yogurt, ya que el
Kéfir en general no respecta con exactitud una frecuencia de maduración, e
incluso varios factores externos pueden influir aún más.
Un poco de su historia:
El Kéfir de Leche procede del
Cáucaso, siendo uno de los productos lácteos más antiguos conocidos por el
hombre, quien lo ha consumido durante miles de años.
Los Musulmanes lo nombraban “Los
granos del Profeta Mahoma”, siendo motivo de graves castigos (incluso muerte) a
quienes divulgaran a extranjeros, los secretos para realizar dicha bebida.
Se cree que la palabra Kéfir tiene un
origen Turco, proviniendo de “kief” que se puede traducir como “agradable
sensación” o “sentirse bien”, debido a lo agradable que se experimenta al
consumirlo, dándole además una notación un poco mística sobre sus propiedades
curativas y/o benéficas. Incluso datan registros del siglo XIX, donde fue utilizado
como remedio contra la tuberculosis.
Su composición:
Dependiendo del origen del cultivo se
han identificado las siguientes especies de microorganismos dentro de su
microflora:
Bacterias:
·
Lactococcus
lactis subsp. lactis
·
Streptococcus
thermophilus
·
Lactobacillus
delbrueckii subsp. bulgaricus
·
Lactobacillus
helveticus
·
Lactobacillus
casei subsp. pseudoplantarum
·
Lactobacillus
brevis
Levaduras/Hongos:
·
Kluyveromyces
marxianus var. lactis
·
Saccharomyces
cerevisiae
·
Candida
inconspicua
·
Candida
maris.
Kéfir de Agua
La mayor diferencia del Kéfir de Agua
vs el de Leche, es la falta de necesidad de lactosa para producir la
fermentación, sin embargo es necesario darle azúcar agregado para poder lograr
dicho proceso. Siendo apto para el consumo de Veganos o intolerantes a la
lactosa.
El sabor y textura de este es similar
a un agua levemente gasificada, pudiendo ser mas o menos dulce o acido,
dependiendo de la receta a utilizar en su preparación. Su aroma, tiene notas
que recuerda levemente a una sidra, sin embargo el valor alcohólico que puede
llegar a tener esta bebida es totalmente despreciable
Propiedades y algunos de sus beneficios
Para quienes (pese a saber que la
leche de vaca no es lo más recomendable para el humano) estén empecinados en
consumirla. El Kéfir de Leche, hace que esta sea mucho más fácilmente digerible.
Es rico en aminoácidos esenciales y proteínas,
con lo cual es un buen suplemento alimenticio
Es rico en minerales (Fosforo) y
vitaminas (B12, B1 y K), lo cual lo hace una buena fuente de B12, ideal para
ayudar a obtenerlo en una dieta Vegana
Desde hace centenares de años, como
se explica antes, se ha asociado el Kéfir con efectos positivos sobre la salud
de su consumidor. Pero en la actualidad se ha documentado beneficios reales que
contemplan la modulación del sistema inmunitario, del metabolismo y
principalmente de la flora intestinal. También es de utilidad para mejorar la cicatrización
de las heridas.
Se ha demostrado su capacidad como anticancerígeno
sobre varios tipos de células cancerígenas.
IMPORTANTE! a tener en cuenta:
Para quienes sufran patologías digestivas
graves, deberán consultar con su especialista, sobre si pueden, deben o no
consumir Kéfir.
Si huele mal, no lo consuman
NO lo congelen, en muchos sitios
recomiendan hacerlo a modo de tener una reserva por si pasara algo, o incluso
si unos meses decidimos no usarlo, pero la realidad es que además de perder
algunos de los beneficios que posee, le cuesta muchísimo recuperar su actividad
normal a la colonia de Kéfires o incluso nunca vuelve a producir de mismo modo
al que estábamos acostumbrados antes de congelarlos (esto es experiencia
propia).
En las siguientes entradas les
daremos recetas de cómo prepararlo. Se los recomendamos, no tiene comparación.
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